El ímpetu de tu juventud arrasadora, aquella con la que fuiste
sorteando caminos. Aquella con la que tu único objetivo era vivir sin importar
el otro.
Recuerdo, hoy,
sentada en este lugar, cuántos sueños rotos, cuántas palabras muertas sin darle
tiempo a un comienzo digno. Sabés? Se que no lo vas a leer, sé que hace siglos
nuestros caminos se separaron, pero en ellos hay un vínculo sagrado, fuerte,
indestructible que ni las palabras pueden asesinar….nuestros hermosos hijos e
hijas, nietitos y nietitas. Esa verdadera continuidad de nuestras vidas, fiel
testigo de lo que fuimos haciendo durante esos caminos recorridos, saltados,
atropellados, conmovidos….
Y hoy, aquí sentada, pienso, recuerdo, existo y sufro. Por
lo que fue, lo que hubiera sido y lo que estúpidamente intenté lograr y no
pude. Se me escaparon los tiempos, las palabras, las súplicas, los amores….
Juro que no quería este final, ni desde el comienzo, cuando soñamos con la vida
juntos, ni cuando fue naciendo cada uno de nuestros hijos, ni cuando vinieron
las nueras, los nietitos, las reuniones y esas mesas largas colmadas de ellos….
Te acordas?, siempre hablábamos de eso cuando eran pequeños. Pero no, llenaste de espinas esos caminos, de
dolores, de angustias, de oscuridad…..
Y hoy aquí sentada, siento que algo se va, me robaste, te lo
llevas, allí, adonfe vayas, para siempre, porque no hubiera querido este final
para vos, porque sufro con solo imaginarlo, porque a nuestros hijos, siempre
les dolió tu ausencia, tu desprecio, tu ironía. Tal vez, Dios, desde su inmensa
y misericordiosa mirada, les da la posibilidad a ellos y a vos, de no
abandonarte en tu último caminar, de no dejarte tirado y olvidado en un rincón
de la vida. Estás seguro que la mujer que te sigue hoy, va a estar acompañada
por ellos al igual que tus hijos, pero tambien estás seguro, que de mi parte
también habrá una manera de estar presente....
Y hoy, aquí sentada, con mis ojos desbordados de lágrimas,
te digo adiós. Hasta aquí llegó y terminó una larga etapa de mi vida, una larga
existencia de dolores, muerte y resurrección interior, una larga y triste
mirada vacía… Te digo adiós, sin rencores, sin pesares, porque sencillamente
imagino los tuyos, tu impotencia y tu dolor. Imagino y será así? Tendrás arrepentimiento?
Serás humano? Amás a tus hijos más allá de tu persona? No lo sabré nunca, hasta
eso me robás, pero si de algo estoy segura….TUS HIJOS NO TE ABANDONAN Y HOY
SUFREN POR VOS…….
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